Entre los accesorios de moda que muchas personas conservan con sumo cuidado está el abanico, cuyo diseño delicado añade un toque atractivo a nuestra ropa de vestir. Pero los abanicos tienen un lenguaje propio a la hora de utilizarlos que merece la pena conocer.
Cuando se trata de darnos aire y refrescarnos en esos meses de verano tan calurosos, tanto los hombres como las mujeres deben conocer a la perfección una serie de movimientos muy sutiles a la hora de manipular un abanico para poder dominar el arte de la campiología.
Además de los movimientos, un consejo que nos dará mayor seguridad cuando llevemos como complemento un abanico es elegir el modelo y el diseño que más se amoldan a nuestra ropa y personalidad. Sin duda, la combinación de prendas es esencial para sentirnos seguros.
Movimientos para abrir y cerrar el abanico
Para ganar mayor confianza y demostrar que tenemos dominio sobre el abanico, el arte de la campiología recomienda hacer gestos suaves y certeros. Hemos de tener en cuenta que la forma en que abrimos y cerramos el abanico va a denotar el grado de seguridad que tenemos.
Por eso, la campiología nos aconseja manipular nuestro accesorio de la siguiente manera:
Para abrir el abanico
En los momentos previos a abrir el abanico frente a otras personas, los expertos en el uso del complemento aseguran que es crucial comportarse bellamente mientras lo sostenemos en las manos. También podemos apoyarlo sobre el regazo y levantarlo con mucha suavidad.
Una vez nos disponemos a usar el abanico, es fundamental que lo hagamos de una forma muy pausada y fluida para lucir el relieve del complemento y así potenciar su elegancia. Después es aconsejable colocar el pulgar izquierdo sobre el varillaje y empujarlo lenta pero firmemente.
Mientras vamos empujando el varillaje comprobaremos que el país decorativo se va dejando mostrar con cuidado ante las personas que tenemos a nuestro alrededor. Aquí debemos ser precavidos, ya que lo más correcto es dejar las últimas tres varillas totalmente cerradas.
La razón por la que no tendríamos que desplegar las últimas tres varillas se debe a que, en tiempos antiguos, las altas sociedades abrían el abanico a modo de sugerencia, dejándolo “caer”, y no como si se tratara de un burdo objeto que habrían de utilizar para aliviar el calor.
Por otro lado, el clavillo debe estar completamente oculto por una sola mano, asegurándonos al mismo tiempo de que el país permanece inclinado hacia arriba y de que los pliegues del tejido apuntan hacia fuera o hacia el público. En ningún caso deben apuntar hacia nosotros.
Para cerrar el abanico
Cuando hayamos terminado de refrescarnos con la muñeca vuelta boca abajo, demostrando naturalidad, sutileza y seguridad a la hora de usar el abanico, y queramos volver a cerrarlo, hay que regresar a la posición original. Para ello, debemos seguir valiéndonos de la suavidad.
Lo que haremos será dejar de agitar el abanico y mantener la muñeca boca abajo, de tal forma que los pliegues del tejido decorativo caigan de forma espontánea y se vayan juntando en la palma de la mano con suma sutileza, conforme vamos cerrando el abanico muy lentamente.
Si durante este proceso notamos que el varillaje no se desliza fácilmente, podemos valernos del dedo pulgar para empujar con delicadeza cada varilla hacia su posición plegada, sin mostrar en ningún momento el clavillo, al igual que hicimos a la hora de abrir el abanico.
Selección del modelo y diseño del abanico
Además de los movimientos que el arte de la campiología nos recomienda utilizar, es esencial que procuremos elegir el modelo y el diseño del abanico adecuados para las prendas de ropa, teniendo en cuenta la combinación correcta y la seguridad que nos aporta a nosotros.
Dentro de la selección del modelo y diseño del abanico, tendremos en consideración tanto el entorno en el que vamos a usar el complemento como la combinación con nuestro atuendo:
Cómo elegir el diseño
Dentro del catálogo de abanicos que tenemos disponibles en el mercado, cabe anotar que el diseño determina la cantidad de aire que podremos mover al usar estos complementos. No en toda ocasión es aconsejable optar por un abanico que mueve demasiada cantidad de aire.
Por ejemplo, en estancias donde hay buena ventilación y nos rodean muchas personas a poca distancia es más estiloso optar por un abanico que mueva poca cantidad de aire y que nos permita manipularlo con delicadeza y confianza, sin llamar la atención por sus movimientos.
En cambio, en aquellos lugares donde la ventilación es escasa y tenemos un rango de espacio suficiente como para gesticular con nuestro abanico, como suele ocurrir dentro de un coche o en un recinto cerrado, es correcto elegir un abanico que mueva una gran cantidad de aire.
Cómo elegir el modelo
En ningún caso debemos olvidarnos de la delicadeza cuando vayamos a elegir un abanico. Parte de la delicadeza radica en la seguridad que tengamos al utilizar el complemento, por eso es crucial combinar adecuadamente nuestra ropa con el modelo de abanico indicado.
Por lo tanto, si vamos a lucir unas prendas de ropa de tejido liso y tonos oscuros, es el momento de atrevernos a complementarlas con un modelo de abanico que incluya un país con adornos alegres y coloridos, para resaltar nuestra apariencia con un accesorio más llamativo.
En cambio, si nuestro atuendo tiene patrones que resaltan por sí solos, es aconsejable optar por un modelo de abanico que contenga poca decoración para evitar que la atención se dirija al complemento. Aquí solamente buscamos sustentar nuestro estilo y no elevarlo más.
Los hombres que quieren llevar con estilo un abanico para ocasiones especiales, deben optar por un modelo de tamaño pequeño y estilo minimalista, que les permita ocultar el accesorio en el bolsillo cuando quieran tener las manos despejadas y mantener la compostura elegante.
