El abanico es un instrumento y artilugio de moda que ha dejado huella en el transcurso de las civilizaciones a lo largo de la historia. Sería difícil, por ejemplo, imaginarse a los grandes faraones del Antiguo Egipto o a las sacerdotisas de la Antigua Grecia sin sus propios abanicos.
Estos complementos no solo servían para aliviar el calor o espantar los insectos, sino que llegaron a convertirse en un símbolo de autoridad, respeto y aprecio hacia las personas de cierta distinción social. El abanico se volvió un símbolo de la cultura por todo el mundo.
En España, la tradición de regalar abanicos se ha prolongado a lo largo del tiempo. Por eso, los abanicos Aparisi nacieron con la predisposición de crear unas piezas artesanas, ideadas con atención al detalle y al montaje de calidad, para acompañar a la mujer de unas épocas a otras.
Nace una empresa de abanicos valenciana en el siglo XIX
Fue la predisposición de un talentoso empresario valenciano llamado Vicent Aparisi la que llevó a los orígenes de Abanicos Aparisi, el negocio que abrió sus puertas, por primera vez, en 1888. Para entonces, la historia española veía el abanico entre sociedades de la más alta distinción.
Este complemento femenino se había enriquecido, ya en el siglo XIX, con las nuevas visiones modernas que tanto caracterizaron a una etapa histórica repleta de ideas revolucionarias, las cuales fueron esparciendo sus semillas por todos los sectores, incluida la industria de la moda.
Pero la revolución del abanico en las casas españolas comenzó prácticamente al mismo tiempo que la aparición de los Borbones un siglo antes, justo cuando el empleo del abanico francés y la importación del abanico oriental estaban en alza y su estilo regio era la eterna protagonista.
Ya en los años veinte del siglo de la industrialización, Valencia se había transformado en una imponente y ambiciosa ciudad, impregnada por su enorme dinamismo social y por ser una de las mayores sedes de producción de abanicos que reproducían la moda de la era isabelina.
Abanicos Aparisi se instaló en esta ciudad para satisfacer a un público selecto, adaptándose a las demandas de una industria en plena evolución y buscando ser parte de los años venideros.
Del abanico moderno a los nuevos métodos de diseño
El abanico moderno fue la insignia femenina del siglo XIX. Este complemento evolucionó de las varillas de gran tamaño a varillas elaboradas con materiales lisos de marfil, madera o carey, las que servían de decoración para la tela o papel con motivos florales o escenas de la época.
Algunos de estos regalos, tan arraigados en la cultura española, podían venir con varillas bañadas en oro y materiales pintados a mano, adornados con escenas románticas bajo un relieve pictórico que tanto gustaban a las mujeres de los estratos sociales más elevados.
Con el paso de las décadas, atrás fueron quedando estas piezas románticas de estilo francés, marcadas por las varillas finas y elegantes, las láminas de acero y las incrustaciones de gemas semipreciosas. La constante reinvención del sector llevó a Abanicos Aparisi a la innovación.
Su artesanía única fue acompañando el desarrollo de la burguesía a principios del siglo XX, que permitió seguir formando parte intrínseca del atuendo de la mujer a través de los cambios de técnicas, materiales y formas que surgieron de la mecanización del trabajo de la moda.
La empresa de Vicent Aparisi se atrevió a apostar por la calidad suprema del montaje final hecho a mano, realizado por profesionales de destreza en la elaboración de abanicos, quienes se adaptaron simultáneamente a los métodos de impresión y al moldeado por inyección.
Abanicos Aparisi, a la conquista del mercado global
Hoy en día, Abanicos Aparisi continúa escalando por el mercado abaniquero desde la perspectiva global, aprovechando la máxima apertura de las nuevas tecnologías para estar presente en la moda de un público cada vez más diverso de países de cinco continentes.
A la satisfacción y el contento de las clases medias y altas, entretenidas con los exquisitos complementos del abanico Aparisi, se le han sumado ilustres personalidades como la propia reina emérita de España, doña Sofía de Borbón, o empresas de renombre internacional.
Es la infatigable labor de César Pavía Alemany, el tataranieto de Vicent Aparisi y actual administrador de Abanicos Aparisi, romper con las barreras de género para reintroducir el producto sin dejar de participar en eventos excepcionales, como los Juegos Olímpicos.
Y es que, por más que avancen los siglos, la empresa del que fue un sagaz artesano permanece en pie con renovadas fuerzas, exportando sus abanicos vanguardistas a un ritmo vertiginoso y representando el espíritu de proyectos tan archiconocidos como Coca-Cola.
La impresionante trayectoria empresarial de Abanicos Aparisi pretende colocar sus abanicos como protagonistas y complementos de las pasarelas, ávidas de seguir las tendencias y de reconstruir la cultura a través marcas con diseños que ponen su punto de mira en el futuro.
Conclusiones
Desde que Abanicos Aparisi construyera sus primeros cimientos en una Valencia ambiciosa y máxima productora de abanicos en el siglo XIX, la empresa no ha dejado de sumar éxitos entre figuras de renombre y proyectos internacionales que han dado forma a nuestras sociedades.
Uno de los objetivos esenciales que sigue persiguiendo el negocio es su permanencia en la moda contemporánea, devolviendo el espíritu pudiente a la puesta en escena de los hombres y mujeres de todo el mundo, atravesando las fronteras de un paisaje cada vez más globalizado.
Tanto en eventos de inmensa importancia como en acontecimientos de pequeña escala, Abanicos Aparisi quiere continuar presente en las vidas de las personas y ofrece sus productos personalizados a los invitados de bodas, fiestas, galas y citas de dimensiones cosmopolitas.
Como se enorgullece de transmitir la empresa a sus más allegados clientes, lo extraordinario de la trayectoria de Abanicos Aparisi es seguir sumando interesados en el arte del abanico, por encima de sus más de ciento veinte años de inagotable comunicación cultural con el mundo.
